Lo que separa a los llamados "juegos sociales" como los juegos MMORTS de los géneros más convencionales, incluso si esos juegos tienen elementos multijugador, es que la interacción entre jugadores se encuentra integrada en la estructura del juego. En pocas palabras: si no estás interactuando con otros jugadores, entonces no estás sacando todo el partido a tu tiempo de juego.
Los juegos sociales están pensados para ser una experiencia en la que los jugadores formarán alianzas, clanes y rivalidades. Por ello, aunque es posible jugar a estos juegos solo/a, pronto descubrirás que es poco satisfactorio en comparación con la experiencia completa. En este sentido, podría decirse que estarías descubriendo tan solo un tercio de lo que el juego realmente ofrece.
Uno de los principales beneficios de formar una alianza con otro jugador es, obviamente, que ese jugador no te atacará, o al menos no a corto plazo. Si tienes un vecino intimidante, es mejor que seas su amigo que su enemigo. Ya conoces el dicho: si no puedes con ellos, ¡únete a ellos!
Pero las alianzas ofrecen mucho más que una protección inmediata. Un buen aliado que puede prestarte o incluso regalarte recursos para ayudarte a ser un mejor aliado para él. Es natural: cuanto más y mejor equipado esté tu aliado, más eficaz resultará en caso de que tenga que defenderte ante un enemigo.
También puede ayudar a proteger tus tierras y posesiones mientras te encuentras lejos o centrado en otras misiones, y apoyarte para reconocer nuevos objetivos. Tener aliados te proporciona la posibilidad de hablar de estrategia con otros jugadores, lo que posibilita que pongáis vuestros conocimientos sobre el juego en común, además de tener a alguien con quien compartir chistes, historias divertidas y relatos de tus gloriosas victorias. Y cuando las cosas se tuerzan, tendrás a alguien con quien poder desahogarte y planear tu venganza.
La mayoría de los juegos de estrategia de este tipo establece un número máximo de aliados que puede tener el jugador; una razón de peso para que elijas con cuidado. Si un aliado no te termina de convencer, deberías romper la alianza con diplomacia. Después de todo, al estar limitados, los puestos de aliado son muy valiosos. Sin embargo, recuerda que un aliado despreciado puede convertirse en un enemigo mortal y persistente.
Lo ideal sería que tus aliados fueran personas con las que ya tuvieras una amistad, ya sea en la vida real o en el juego. Ofrecer alianzas a personas que no conoces probablemente no tendrá éxito o será contraproducente. Haz un esfuerzo por conocer a un aliado potencial y entablar amistad.
Una vez que hayas establecido relaciones de amistad, y hayas demostrado al otro jugador que puedes ser un aliado útil, seguro que está más abierto a aceptar una alianza contigo. También deberás considerar si tú y tu aliado sois compatibles, y si vuestra forma de ver el juego y las estrategias pueden ayudaros a avanzar en el juego o, de lo contrario, van a suponer más desavenencias y malentendidos que beneficios.
Un último consejo, bastante obvio, pero que podría no serlo tanto para los recién iniciados, es que si acabas de empezar a jugar, no puedes incordiar a jugadores poderosos y bien establecidos para crear alianzas. Si aún no tienes gran cosa que ofrecer, ¿por qué iban a aceptar?
Primero debes establecerte en el juego, reconocer el territorio, hacerte con algunas posesiones y crear vínculos y alianzas con las personas que vayas conociendo para poder avanzar y ser capaz de ofrecer algún tipo de ventaja a tus posibles aliados. En este tipo de juegos en línea no sirve correr, ¡hay que disfrutar del camino!
De nuevo, elige bien a tus amigos y asegúrate de que hay un beneficio mutuo en las alianzas que formes. A veces, la fidelidad puede ser uno de los activos más valiosos, más que armas, ejércitos y posesiones.
¡Que disfrutes del juego!